Capitulo 46

Vista omnisciente en primera persona (Novela)

Capítulo 46 - Latido del corazón.
¿Cuál es la mayor característica que separa el día de la noche? Naturalmente, es la presencia o ausencia de la luz. La luz ilumina el mundo y provee la habilidad de distinguir los objetos enfrente de ti en este mundo torcido.
No podemos decir nada sin la luz. Incluso si la muerte se presenta justo delante de nosotros, probablemente nos inclinaríamos hacia ella como un niño inocente de tres años.
No hay valentía cuando se enfrenta lo desconocido, solo temor. Al pisar la oscuridad, no es la valentía lo que te previene de que muerdan tu cuello los colmillos invisibles de la oscuridad, meramente la buena fortuna. Los ordinarios que perciben esto, instantáneamente evitan la oscuridad, tomando una lección de los imprudentes quienes no regresan de ella.
[Despierta.]
En consecuencia, la noche siempre fue un concepto de ser cauteloso, porque lo desconocido es el mismísimo miedo y pavor.
Los humanos construyen casas e iluminan con fuego para ahuyentar la oscuridad y para protegerse a sí mismos. Llenando sus alrededores con cosas familiares para enfrentar la lucha.
[Despierta.]
— ¡Hiyaaah! —
Así que, cuando alguien irrumpió en mi habitación en medio de la noche, salté histéricamente de mi cama para encender la lámpara de al lado. “¿Quién se escabullo aquí sin hacer ningún ruido? ¿De todos los lugares, en mi habitación? Estoy seguro de que sea quien sea tenía malas intenciones…”
Pero, en contra de mi suposición, el intruso que encontré era absolutamente inesperado. Era una chica hermosa con una complexión blanca. O más precisamente, su piel parecía no tener color. Una cara pálida, cabello plateado sin tono, una expresión fría, y un pecho inamovible. Ella dio una impresión enfermiza, carente de varios elementos de vida.
La chica daba un aire de clásica aristócrata elegante, pero su apariencia lucía muy joven a comparación de su misteriosa atmósfera. Sin embargo, su discrepancia no parecía originarse de la inmadurez. Era más como si ella hubiera sido privada de crecer en algún punto.
¿Era ella un fantasma? Su cabello y extremidades eran tan delgadas, pareciera como si fuera a romperse con un simple toque. Sentí una sensación de peligro tambaleante como si estuviera viendo porcelana blanca a punto de caerse al suelo.
Pero esa sensación era, en sí misma, una atracción. ¿Cuándo caerá? ¿Cómo se romperá? ¿Qué tan hermoso puede ser el rojizo impregnando los fragmentos? Ese era el impulso inmoral, emocionante y sorprendente, que ella me hacía sentir.
La sangre, en mi cuerpo entero, estaba dibujada para ella. Mi mente se alejó. Sentí vértigo, similar a caerse. Me acerqué inconscientemente, y…
— Ah. —
Leí su mente.
“Es la vampira ¿Por qué está aquí? No puede ser…”
— ¿Finalmente vienes a carnear al ganso que deja huevos dorados? —
Sus ojos rojos, brillando incluso en la oscuridad, se llenaron de confusión.
[¿De dónde vino eso?]
— ¿Estabas tan hambrienta? Pero si lo pensaras por un segundo. Esto es una decisión extremadamente tonta. Hay solo 5 litros de sangre fluyendo por mi cuerpo. Es todo lo que puedes obtener por tomarme ahora. Por otra parte, yo puedo producir más sangre todos los días, y, si me estrujo al extremo, puedo proveer 300 mL de sangre cada semana. Después de 17 semanas, aproximadamente 120 días, te habrás beneficiado por perdonarme. Recuerda esto. Conviértete en un monstruo de tasas de interés. Para centenarios como tú, el interés activo es absolutamente el camino a seguir. —
Aquí estaba, impartiendo conocimiento prohibido a una vampira quien viviría para siempre tan solo si el mundo no se va al infierno. “¿He criado a una monstruosidad?”
Por un momento, la vampira se silenció por mi discurso de Azzy, mirándome por debajo.
[¿Has despejado tu mente?]
— Sí. Hablar me ayudó a devolverme a mis sentidos. —
[En efecto. ¿Puedo tomar asiento?]
— Oh, sí… —
Mientras asentía, la vampira conjuró una silla negra que salió de la nada y se sentó. Me senté en la cama y froté mi cara unas cuantas veces. No sentí ninguna hostilidad o hambruna proveniente de ella. Parece que no estaba destinado a morir esta noche.
“Espero que nadie haya pensado raramente de mí por sentir miedo ¿Un vampiro viniendo silenciosamente en medio de la noche? ¿No era eso uno de los tres más grandes horrores del mundo seguido por los tigres y la viruela? Fue un alivio que la vampira no haya tenido intenciones de hacerme daño. De lo contrario, hubiera sido aspirado en seco como un coco caído de su árbol.”
— ¿Qué es lo que te trae a mi habitación tan tarde? —
Le hice una pregunta para leer sus pensamientos, pero no hubo necesidad de ello debido a que la vampira respondió honestamente.
[Ciertamente. Vine a discutir algo importante contigo. Admito que fue bastante impaciente de mi parte, pero que no habrá otra oportunidad pasada esta noche…]
La vampira se pausó para mirar alrededor, luego ella se cubrió la cara significativamente con su sombrilla y bajo la cabeza.
[Te llamé desde afuera, pero tú simplemente no te despertaste. Así que no tuve otra opción que entrar… ¿Por qué duermes tan profundamente? Tú mismo me hiciste entrar.]
[Es inimaginable para una mujer escabullirse en la habitación de un hombre en medio de la noche.]
“Desearía que ella se diera cuenta de que es una vampira antes que una mujer. Fue terrorífico. Mi corazón estaba latiendo alarmantemente como si me hubiera encontrado con un depredador natural. Yo era la víctima, entonces ¿por qué ella estaba actuando como si hubiera perdido algo?”
Como sea. Tomé la oportunidad de dar una risa malvada y sacar mi lengua.
— Jejeje. Viniendo secretamente hacia mí en la noche debe significar que estás desesperada… ¿Me extrañaste tanto? Muy bien. Me encargaré de manejarte como deseas… —
[No molestes. Estoy siendo seria.]
Sus ojos rojos brillaron con disgusto. Ella irrumpió en la noche, sin embargo, ni siquiera me dejó bromear. “Qué injusto.”
Pero la diferencia de edad entre nosotros era incluso más injusta. Ondeé la bandera blanca y velozmente cambié de tema.
— Es porque sigues decayendo. Que vienes aquí tan tarde en apuros cuando usualmente estás tan relajada. ¿Por qué estás solo sentada allí, callada y retorciendo tu cabello? —
[Bueno… Es bastante repentino para mi decir esto. Es decir, tengo un importante pedido para ti.]
— Vamos. Solo soy un humano y no puedo leer tus pensamientos, Aprendiz Tyrkanzyaka. No puedo saberlo si no lo dices. —
En realidad, puedo saberlo. Acabo de leer su mente. De hecho, sentía que algo como esto pasaría desde el momento que intenté la resurrección del corazón más temprano en el día. Porque, incluso después de miles de años, la vampira continuaba añorando su inanimado corazón y la vida que se le fue robada.
Y como esperaba, la vampira tomó una decisión y miró directamente hacia mí. Sus ojos rojos estaban ardiendo con la pasión de un humano que había atrapado una pizca de esperanza. Se sentía justo como si estuviera mirando a un principiante que obtuvo una buena ronda en un juego de apuestas.
[Es sobre el corazón. Usando ese método hoy, hiciste que un corazón volviera a latir.]
— Sí. —
[Yo también tengo un corazón que se detuvo en mi cuerpo. Un brasero roto que se rompió por la larga ausencia de fuego.]
El corazón de un vampiro no latía, solo permitía que la sangre pasara a través por venas suspendidas. Para ellos, un corazón era simplemente un recurso donde su sangre que fluye se reúne. “Entonces, ¿cómo hacen ellos su movimiento de sangre? ¿Cuál es el principio por el cual el líquido rojo en ellos, el recurso de la vida, podía salir goteando?”
La respuesta era sorprendentemente simple: Arte de la sangre. La técnica de los vampiros de controlar la sangre la cual la regresora había querido aprender. A través de esta arte, ellos directamente controlaban cada gota y pizca de sangre dispersa en sus cuerpos, empujándola entre todos sus músculos y carne. La sangre completamente doblada a su voluntad, lo cual les permita moverse aún sin latidos.
Esa era la razón por la que los vampiros podían vivir aún estando muertos.
[¿Podrías resucitar ese brasero, con tu flama?]
Será el porqué el corazón de un vampiro seguía manteniéndose y sin latir mientras su sangre orgullosamente fluía a pesar de todo, tan natural como un río de agua. El concepto de intenso, bombear sangre era inexistente a esos principios. Ellos no sentían placer o pena. Aunque ellos sintieran esas emociones, sus cuerpos no serían afectados en absoluto.
[Por favor. Deseo con tener un corazón que lata por su cuenta… y morir como una persona viva.]
Sus caras no se sonrojaron, sus venas no se abultaron, su visión no se estrechó, y sus ojos no se enrojecieron o derramaron lágrimas. La tensión no hizo que sus extremidades temblaran, y el dolor no pudo abrumarlas. Estar emocionado o adolorido, todo esto terminó como un pensamiento fugaz dentro de la mente.
En los últimos miles de años, algunos habían admirado a los vampiros. Ellos envidiaron la carne de juventud eterna y la inmortalidad, e incluso, su fría racionalidad. La única emoción permitida para un vampiro era la veneración por sus creadores.
Sin embargo, como su progenitora, Tyrkanzyaka nunca había disfrutado de tal trato. Eso era porque ella vino hacia mí mientras cargaba un largo anhelo milenario, un arrepentimiento profundo que no podía ser sentido en su pecho.
Como la miré sin palabras, la vampira sonrió tristemente.
[… Un poco desagradable, ¿no lo soy? A pesar de que ya he vivido por al menos mil años, tal vez te preguntas que arrepentimientos tengo, deseando descaradamente más vida cuando he existido por mucho más tiempo que otros.]
Me encogí de hombros ante eso.
— Nah. El hecho de que tú hayas vivido hasta el presente no desmerita tu voluntad de seguir viviendo. —
La vampira se quedó ligeramente boquiabierta por mi respuesta sorprendentemente amable.
[Pensé que te burlarías de mí. Qué inesperado.]
— Ahora ¿Cuándo me he burlado de ti, Aprendiz Tyrkanzyaka? Siempre te traté con consideración. No encontrarás a nadie más como yo, que trabaja tan duro para respetar a los mayores. —
[… ¿Estoy equivocada? ¿Sigo siendo tu objeto de burlas?]
No es de extrañar que ella pareciera extrañamente molesta cada vez que yo toco el tema de su edad. Ella debe de haberse sentido avergonzada de continuar viviendo.
La vampira bajó sus ojos, murmurando.
[No le temo a la muerte, porque ya he muerto una vez. Ni estoy asustada del dolor, porque he sufrido de cada manera posible a lo largo de los años. Sin embargo, la experiencia, emoción, y dolor que siento a través de este cuerpo… son conceptos filtrados, observados por medio del flujo lento de la sangre. Todos esos años se fueron por sentirme tan fabricada, y el horror de ello…]
De repente la vampira sujetó mi brazo. Su helada mano se aferró a mí como si fuera su última línea de vida. Había un poco de fuerza en su agarre, pero no me atreví a sacudirla. La vampira me rogó con una voz fría de duelo.
[Haré lo que sea. Por favor. Trae de vuelta a mi corazón.]
“Mierda, esto es malo.”
Una expectativa débil colapsándose por la esperanza desvanecida, un sueño que llega al final, una inocencia perdida.
Todos estos factores eran elementos que condujeron al mago a la locura. Viéndola anhelar la esperanza de que no creía en sí misma, me hicieron querer sorprenderla sin importar qué. Era el deber de un mago el de invocar a la fantasía, después de todo.
Repetí sus palabras.
— ¿Harás lo que sea? —
[Por supuesto. Es un sueño precioso de miles de años. No hay nada que no pueda hacer.]
— Si es así… —
Me levanté de mi cama, y la mirada de la vampira me siguió. Sentada en la silla, su cabeza solo me llegaba a la cintura. Acomodé la cama, y luego golpeé el duro colchón antes de darle una orden.
— Desnuda tu pecho y acuéstate aquí. —
Sus ojos parpadearon como si nunca hubieran esperado esa respuesta.
[Acostarme, ¿con mi pecho desnudo? Eso es…]
— ¿No dijiste que harías cualquier cosa? —
Esa actitud, esa mirada en sus ojos, esa cara de alguien que había encontrado esperanza en la desesperación. Era familiar. Mi boca salivaba como si estuviera probando una deliciosa comida.
Mis sentidos, como un jugador de cartas de callejón, estaban gritando que había encontrado a un tonto que había sacado una mano afortunada y estaba listo para subir la apuesta bajo mi liderazgo. Una presa fácil de la que podía despojar las luces sin vida.
Mi reputación como un jugador lloraría si dejo ir a este cordero.
— Tienes que acostarte para que comencemos. Ahora, hazlo. —
Se lo ordené con un tono firme, pero la vampira solo retrocedió, sus dedos blancos se apretaron en duda. Luego momentos después, como si estuviera determinado, ella se levantó mientras sostenía el cuello de su ropa.

Capitulo 46

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